lunes, 14 de enero de 2013

Lo que uno aprende en la universidad.


Imagen: Meet the Chill Heads



 La verdadera educación consiste en obtener lo mejor de uno mismo. ¿Qué otro libro se puede estudiar mejor que el de la Humanidad?
Mahatma Gandhi


 Después de pasar algunos años estudiando en la Facultad, mirando hacia atrás, cada uno podrá sacar conclusiones sobre lo que ha aprendido, más allá de los temas específicos de su carrera. Es que hay unas cuantas cosas que uno puede aprender aun cuando la universidad no se haya propuesto enseñarlas.
Procurar enumerar algunas:
- Hay que replantearse lo que significa "ser alguien".
¿Qué es "ser alguien"? ¿Ser famoso, ser millonario, ser popular, tener un título académico? Por un lado, la gran mayoría de los políticos tienen algún título. Por otro lado, cada país es sostenido con el esfuerzo de muchos héroes anónimos, muchos de ellos sin título académico ni fortuna, a pesar de las metidas de pata de algunos políticos.
- ¿Se enseña todo lo necesario?
Aprendí interesantes conceptos sobre ética mientras estudiaba literatura. Ojalá que se enseñen los mismos conceptos en muchas otras carreras, pues la finalidad de los conocimientos adquiridos será la de ser aplicados de la mejor manera posible.
- Aprender a investigar y a leer con atención.
Uno de los puntos positivos de la Universidad es que anime a desarrollar el pensamiento crítico, investigar, comparar fuentes, citar bibliografía, sacar conclusiones propias, aprender cómo exponer y defender un punto de vista. Cuando la institución ha hecho bien su trabajo, un estudiante aprende a defenderse incluso de la propia Universidad si comete una metida de pata, pues errar es humano, y de humanos están hechas las instituciones.
- Uno puede tener más amigos de lo que creía tener.
Esto se suele notar más en momentos difíciles, pero es siempre una grata sorpresa. Hay quienes piensan que la verdad tiene pocos amigos, y otros que descubren que cuando actúan guiados por nobles pensamientos y nobles propósitos no están solos.
- Hay títulos que no están escritos en papel.
Casi cualquier persona puede obtener un título, en teoría. El desafío consiste en estudiar durante aproximadamente cinco años y aprobar los exámenes correspondientes a un conjunto de asignaturas. Hay personas a quienes ese título se les sube la cabeza y se creen una especie superior al resto de los humanos. Hay otros que mantienen su humildad tan firme como su vocación. Se nota el compromiso que tienen con su carrera y con los estudiantes. Tienen una aura de respeto y de autoridad no sólo como profesores sino como seres humanos admirables. Esas personas "son alguien" simplemente al ser ell@s mism@s.
-El esfuerzo que rinde sus frutos.
Recuerdo cuánto me costaba escribir los primeros informes de crítica literaria y la cantidad de errores que me encontraban al corregirlos. Casi sin darme cuenta, al mirar hacia atrás, noto la manera positiva en que he cambiado y cuanto he aprendido, incluyendo cuestiones y valores que la institución ni siquiera se había propuesto enseñarme, o al menos no explícitamente.
Cada cual puede aportar sus propias observaciones. ¿Qué otras cosas han aprendido?




2 comentarios:

Conchi dijo...

Hace tanto tiempo que dejé la universidad que ya no me acuerdo de lo que aprendí, jaja
Sí recuerdo a mi profesor de Lengua y al de Matemáticas, las dos asignaturas que más me gustaban.
Ahora, después de tantos años, y sin haber abandonado la escuela, me doy cuenta que apenas sé nada, que debería de ponerme a estudiar!!!!

Un abrazo, Jorge, que tengas un año 2013 lleno de cosas buenas.

Conchi

Jorge dijo...

Hola Conchi, espero que también comiences y sigas un feliz 2013. Hay cosas que se aprenden y se ponen en práctica casi sin darse cuenta, aunque parezca difícil luego enumerarlas, pues se vuelven naturales y uno ni se fija.
Lo del "solo se que no se nada" si que viene de hace tiempo, y nos recuerda que siempre hay mucho más por apender, y mientras se siga aprendiendo uno sigue siendo joven a cualquier edad.
Un abrazo desde el sur.